Este proyecto nace de la fascinación por la infancia y del convencimiento de que, durante los tres primeros años de vida, las niñas y niños necesitan una atención individualizada en un entorno hogareño.

Por eso, abro las puertas de mi casa, para acompañar, descubrir lo esencial y disfrutar junto a los  pequeños y pequeñas de los acontecimientos diarios.

Ofrezco al bebé una atención individualizada, desde el respeto del ritmo natural de cada niño y niña,
mientras juegan libremente en un espacio seguro, con una relación de amor y afecto, desde la escucha y la empatía, compartiendo emociones y experiencias.

 

 El espacio cuenta con materiales naturales y poco estructurados que favorecen el desarrollo. Un hogar donde los niños y niñas son investigadores, protagonistas de su propio aprendizaje. Un lugar sin prisas, donde se respetan sus ritmos y donde tienen el tiempo que necesiten para explorar y experimentar.

 

 Este ambiente preparado, movimiento y juego libre, son los principios pedagógicos del acompañamiento respetuoso que ofrezco, a través de un vínculo afectivo de calidad en el que se transmite confianza plena en las capacidades de cada niña y niño, respetando sus preferencias y cualidades, lo que contribuye al desarrollo de su autonomía y autoestima.